Los costes de mantenimiento aumentan con la antigüedad de los equipos, lo que complica las reparaciones con mayores periodos de inactividad y degrada la productividad, la seguridad de las instalaciones, el rendimiento económico de las operaciones y la tranquilidad del propietario del negocio.
Adopte un enfoque proactivo y busque medios para maximizar el rendimiento y mitigar los factores de riesgo. Capturamos y analizamos datos en todo el sistema para que pueda tomar decisiones de negocio acertadas y oportunas a fin de lograr la sostenibilidad de la empresa.
Cuando las restricciones presupuestarias no permiten actualizar totalmente los sistemas, un plan de modernización es decisivo para facilitar la toma de decisiones y establecer una hoja de ruta de modernización de la base instalada, fundamentada en tecnologías emergentes que mejorarán las operaciones y las elevarán a un nivel de productividad superior.
En el plan de modernización se identifican niveles de obsolescencia de los sistemas y equipos con arreglo a tres fases principales de gestión del ciclo de vida de los activos:
Activo: El equipo forma parte de la oferta comercial de productos. Hay disponibilidad de las piezas de repuesto originales indicadas en el catálogo de productos.
Retirado: El equipo ha dejado de comercializarse (no está disponible para nuevos proyectos). Puede seguir usándose porque aún hay piezas de repuesto originales disponibles durante cierto tiempo (la oferta de piezas es limitada al final de la fase).
Obsoleto: Su utilidad no está asegurada. Ya no hay disponibles piezas de repuesto originales para el servicio de mantenimiento (salvo que existan acuerdos específicos).